El lema que titula este post es mérito de una de nuestras consultantes. En su última sesión nos regaló este mensaje que prometimos plasmar en ilustración. Y voilá, aquí está el resultado de esa creatividad compartida.

En este caso, a lo largo del proceso consiguió construir nuevos esquemas de relación consigo misma y con otras personas y además, plasmar en consejos algunas de las estrategias que le permitieron mejorar. Entre ellos, los siguientes:

  1. Más física y menos química: quizás un paseo más pueda sustituir a una pastilla menos.
  2. Pedir ayuda es síntoma de inteligencia. Sobre todo en esos momentos más vulnerables en los que sientes que sola no puedes. Además, pidiendo ayuda tendrás la oportunidad de redescubrir a gente maravillosa que tienes cerca, incluso puede que alguno te sorprenda gratamente.
  3. Recupera las buenas rutinas.
  4. Piensa en el ahora, en cada pequeño paso, en cada pequeño cambio. Y así es muy probable que se generen más cambios.
  5. El cambio asusta, ¡claro que sí! Y adaptarte a él, a la nueva situación, es necesario si quieres mejorar.
  6. Siempre se aprende. Parafraseando a Borges: Y uno aprende que realmente puede aguantar, que uno realmente es fuerte, que uno realmente vale, y uno aprende y aprende… y con cada día, uno aprende. , Aprendiendo.
Más física y menos química
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